Esta mañana me levanté, tocaba día de aseo. Me lavé y me vestí. Parecía que iba a ser un día como otro cualquiera, iba a recoger mis cosechas, a cuidarlas, a ser sometido por los esbirros del señor feudal a base de impuestos... Pero no es así, a la tarde, avisté a un grupo de soldados viniendo a este pequeño pueblo cristiano para masacrarnos a todos, ví como un vecino intentando salvar la vida de su hija y mujer se intentó acercar a ellos para que se compadecieran, la respuesta de ellos fue matarle y arrestrar a su familia. Por suerte Dios me ayudó ese día y hizo que mis hijos y yo pudiéramos escapar. Todo esto gracias a Dios.
La principal diferencia es que Arturo era un caballero, y luchaba para predicar su palabra, mientras Jesús lo hacía de forma pacífica.
Corregido.
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